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Por alguna razón, especialmente en nuestra cultura latina, las emociones se relacionan con debilidad y con personas inestables, por lo cual trae una connotación negativa. De forma equivocada se piensa que un líder, o un buen empleado, debe ser frío, calculador, mantener sus emociones en línea y ver las cosas de “forma objetiva, sin dejar que sus emociones lo influyan.”  No voy a discutir si esta ideas es real o no… ¡porque es imposible!

Los humanos somos seres emocionales. Las emociones son parte de nosotros, están en nuestra esencia. Todos tenemos sentimientos: tristeza, alegría, ira, miedo, sorpresa, confianza, desprecio, envidia, empatía y otras más de cien. Sí… dije más de 100 emociones. Y el tratar de ignorar estas emociones, o pretender que no existen no va a mejorar en nada nuestra vida, ni mucho menos nuestro trabajo.

Si aceptamos y estamos conscientes de la influencia que tienen nuestras emociones durante todo lo que hacemos en un día de trabajo, como tomar decisiones, relacionarnos con nuestros compañeros, presentar un nuevo proyecto o incluso responder un e-mail, podremos ser más productivos. Déjame me explico mejor.

De una forma muy simplificada, esto es lo que sucede. En un día normal recibes estímulos exteriores que “activan” una emoción en ti, y esa específica emoción dará como resultado una acción. Por ejemplo: Te avisan que hay una junta en 5 minutos que no estaba programada (Estímulo). Tú tienes mucho trabajo y esa junta va a cambiar todo lo que tenías planeado el resto de la semana, dentro de ti te sientes frustrado y enojado (Emociones). Sabes que no tienes opción, así que entras a la junta y sin quererlo todas tus respuestas y comentarios son agresivos y negativos (Acción). ¿Me explico?

Estímulo  ->  Emociones = Acción

Estoy seguro que puedes pensar en muchos otros ejemplos que te han sucedido algunas vez, o el día de hoy. Pero básicamente ese es el mismo patrón. ¿Ves cómo sí afectan las emociones en el trabajo?

Pero afortunadamente hay otro factor en esta fórmula que puede cambiar el resultado. Ese factor son tus pensamientos.

Regresemos a la misma situación de la junta, pero esta vez, porque estás consciente de tus emociones y sabes lo que está sucediendo dentro de ti, puedes “filtrar” los estímulos con tus pensamientos, es decir, cuando el estímulo exterior llegue (y va a llegar porque es algo que no podemos controlar), y tus emociones comiencen a activarse, tú puedes redirigir o cambiar esos sentimientos con tus pensamientos. Puedes en tu mente comenzar a pensar en lo inútil que es enojarse con algo que no puedes cambiar, piensa en lo bien que te verás frente a tu jefe si tu actitud es positiva, piensa que por alguna razón esa junta se creó en el último momento y es mejor que estés ahí que no estarlo. Tus pensamientos pueden redirigir tus sentimientos, y como resultado tener una mejor Acción.

Estímulo  -> Emociones + Pensamientos = Mejor Acción

¿Se escucha simple y lógico? ¡Estoy de acuerdo! Y ese es mi punto. No caigas en la mentira de que las emociones no tienen lugar en el trabajo. Tus emociones, las de tus compañeros y las de tus líderes son muy importantes como para ignorarlas, es mejor reconocerlas, aceptarlas y aprovecharlas.

¿Tú qué opinas? Nos gustaría saber de tu experiencia con las emociones